jueves, 28 de febrero de 2013

La estafa de Buzón Rojo

Como una gran parte de los jóvenes en este país, estoy en paro. Hace unos seis meses terminé mis estudios y desde entonces he sido incapaz de encontrar trabajo. Ni en mi sector ni en ningún otro. Estudié Periodismo, campo laboral en proceso de reinvención, por lo que buscar un empleo que se adecue a aquello para lo que me he preparado durante más de un lustro resulta complicado. No obstante, esa formación que no me permite entrar a trabajar en el mundo de la comunicación tampoco me ofrece la oportunidad de adentrarme en un puesto de trabajo de menor nivel. El sector textil, hostelero o las grandes superficies me consideran sobrecualificado y no se fían de mí por miedo a que cuando me llegue una oferta de trabajo acorde con mis estudios, los deje tirados. Durante estos seis meses ni los boletines de empleo, ni los portales de internet, ni patearme ciudades enteras entregando currículos me ha servido de mucho.

Sin embargo, hace unos días recibí la llamada de una empresa denominada Buzón Rojo. Recuerdo que envié mi currículo a su dirección de email hace unas semanas para diversas ofertas no muy claras, de modo que cuando me citaron en el lujoso Hotel Cumbría de Ciudad Real para completar un proceso de selección, mostré cierto recelo. En cualquier casó decidí coger el coche y plantarme allí ante la posibilidad de que una importante empresa se hubiese interesado por mi currículo. El señor que me llamó exigía con voz seria puntualidad y buena presencia, porque, según él, “en España hoy en día se ve cualquier cosa”. Sin más, confirmé mi asistencia y pasados unos días me presenté allí. 


            

En la sala me encontré otros 50 jóvenes, todos nosotros con tres elementos en común; formación universitaria, desempleados y desesperados por trabajar. Pepe Márquez, que así se llamaba el señor que me llamó por teléfono y que era el mismo tipo que se había puesto en contacto con el resto de aspirantes, nos acogió a todos con su acento andaluz. Era de Ayamonte, Huelva, (o eso dijo) y nos apremió a sonreír. Tras un par de bromas con su humor andaluz, el tal Pepe Márquez, de traje, corbata y gemelos caros, se dispuso a explicarnos de qué iba la cosa. 

Se pasó una hora y media comentando lo mucho que le había costado crear este proyecto. Nos detalló que Buzón Rojo es una empresa privada que pretende competir con Correos a precios más bajos y diversificando los productos. A través del networking, Buzón Rojo pretendía ofrecer los más diversos servicios (mensajería, venta de comestibles, seguros, viajes o asesoramiento legal, entre otros) creando una red de oficinas que alcanzaría las 10.000 en todas España, con la cantidad de empleos que eso supondría para el país. Por supuesto, dijo, tal proyecto no se realizaría de la noche a la mañana, de modo que por ahora cubriría Cáceres, Badajoz, Madrid, Toledo y Ciudad Real, y partir de ahí se iría expandiendo. Nos explicó que todos nosotros aspirabamos a 
95 puestos de administrativo en las 82 oficinas que se abrirían en la provincia de Ciudad Real. En la sala estábamos presentes alrededor de 50 jóvenes, pero Pepe Márquez tenía pensado realizar muchas más sesiones de selección esa misma semana. En total, alrededor de 250 personas aspiraríamos a 95 puestos.

El plan sonaba demasiado bien para ser cierto pero esperamos con paciencia a que Pepe Márquez finalizase su perorata. Rozábamos ya las dos horas de sermón cuando este señor se dispuso a darnos más detalles, aparte del cutre powerpoint que nos mostró y en el que los trajes y las oficinas aparecían diseñados por ordenador tal y como mi prima pequeña las podría haberlos creado. El caso es que llegó el momento importante, cómo aspirar al puesto. A lo largo de sus dos horas de plática, Pepe Márquez aseguraba que nada era gratis. Eso me puso sobre aviso, pero jamás imaginé lo que este hombre nos propuso. Su plan era que para aspirar a los 95 puestos de trabajo, era necesario completar antes un curso de formación por el módico precio de 400 euros. Todos nos quedamos flipando. Llegamos buscando un sueldo y nos encontramos con que para trabajar debíamos pagar antes.


Lo peor de todo era la nula confianza que Pepe Márquez proyectaba. Buzón Rojo, empresa en la que según él había trabajado “bajo un caparazón” durante dos años, aún no existía de manera física. Ni siquiera una oficina estaba abierta, ni tampoco nos aclaró cuando se inaugurarían. Él hablaba de “encender la bombilla” al mismo tiempo en las provincias que antes mencioné, pero ni mucho menos abriendo todas las oficinas a la vez. Así, de los 95 puestos de administrativo en Ciudad Real, este señor aseguraba que en 2013 el 20 o 30% estaría abierto, y el resto posteriormente. De modo que nos proponía pagar 400 euros para un curso de formación sin saber cuando íbamos a trabajar en una empresa que aún no existe. A la pregunta de una compañera sobre si él podía asegurar que los que hiciesen el curso tendrían trabajo, el dicharachero Pepe Márquez respondió que él no podía asegurar nada ya que mañana mismo “podría morirse”. No quise escuchar más. Me levanté y me fui.

Ya en mi casa, frustrado, recopilé información sobre Buzón Rojo en internet. Antes de la entrevista, eché un ojo a la red y no encontré nada. En esta ocasión busqué más a fondo y me topé con este post, titulado Aprovecharse de las ganas de trabajar y de la necesidad, en el que se habla del engaño de Buzón Rojo. Pero nada más. Pepe Márquez argumentaba que no estaban en internet porque no querían que su empresa fuese copiada. Pero Pepe Márquez no tiene empresa. Como mucho tiene una idea. Y con el dinero de las 100 personas que pretendía que hiciesen el curso para los 95 supuestos puestos de administrativo, iba a sacar 40.000 euros, sin tener absolutamente ningún compromiso con esa gente. Eso sin contar que en Cáceres y en Bádajoz, según él, los cursos ya estaban en marcha. Desde luego, todo esto roza la ilegalidad, y o Buzón Rojo empieza a aparecer por arte de magia por todos lados en una semanas, o Pepe Márquez cumple todos los requisitos para ser calificado como un criminal, con el agravante de que se intenta aprovechar de la desesperación de gente que se levanta cada mañana buscando, como sea, un empleo.

6 comentarios:

  1. Uff!!! Yo también estuve en esas charlas, dos en concreto en Cáceres, la primera me escamó y la segunda ya me daba mal rollo que te lo pintaran tan bonito con lo mal que estaba la búsqueda de trabajo, yo seguí para ver donde desembocaba y ya esa tercera vez supuestamente seleccionada, nos citaron en una academia (que yo ya conocía anteriormente, por tanto era una academia real) y fue cuando me plantearon lo de los 400 € y además, te achuchaba con la frases como... "Debe ser que no te interesa mucho trabajar", "Ten en cuenta que ya tienes asignado tu puesto", etc Pena me da saber que otros que allí fuimos ese día , si que firmaron, pero,a mi no me pillaron.

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  2. Hola. En mi caso no me timaron con ningun curso ni oferta de empleo, me timaron diciendome que dando un dinero me aseguraba montar una franquicia de buzon rojo donde ellos me ponían todo lo necesario para dicho negocio. De eso hace 3 años aproximadamente y actualmente no se nada absolutamente de dicha persona ni de dicho negocio ni de nada.

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  3. El hombre no sólo tenía pinta de sinvergüenza sino que además lo era. Espero que lo hayan pillado y pague con creces.

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  4. Este señor es un estafador lo conozco personalmente da impresion de tener mucho dinero pero no tiene un duro asin vive estafando a todos es de paymogo (huelva)

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  5. Por favor, alguien sabría donde vive o como podría contactar con el. Han pasado ya muchos años y nada.

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  6. Por favor, alguien sabría donde vive o como podría contactar con el. Han pasado ya muchos años y nada.

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